Lo hizo la Fiscalía de Investigaciones Administrativas tras la denuncia de Clarín.
La existencia de un presunto sobreprecio en la adjudicación de la central termoeléctrica de Río Turbio movilizó ayer a la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas (FIA) a tomar cartas en el asunto con el fin de detectar posibles irregularidades y perjuicios para el Estado.Tras la denuncia efectuada por el diputado Juan Carlos Morán (Coalición Cívica-Buenos Aires), la Fiscalía reactivó una presentación que había recibido el año pasado y decidió solicitarle al ministerio de Planificación los expedientes de la polémica licitación.Con los papeles oficiales, ahora el organismo que está transitoriamente cargo de Guillermo Noailles tras la renuncia de Manual Garrido prevé realizar un análisis técnico y contable para evaluar los alcances del caso y la actuación que tuvieron los funcionarios nacionales.La denuncia en danza¿que Clarín anticipó en la edición del último domingo¿se focaliza en la compra de la usina a carbón de Río Turbio que llevaron adelante el ministro de Planificación, Julio De Vido y el actual gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta.Según la investigación que realizó el diputado Morán; a fines de 2007, el Gobierno nacional adjudicó la instalación de la central de 240 Megawats (MW) a un precio final que fue un 174% más caro que el pagado en Chile por una usina térmica de similares características que se había contratado para la misma época.La denuncia que el legislador de la oposición llevará esta semana a Justicia puso de relieve que frente a los US$ 1,26 millones por cada MW instalado que se abonó en Chile por la usina de Puchuncaví, la administración kirchnerista convalidó un precio de US$ 3,45 millones por cada MW de la nueva central de Río Turbio.Morán advirtió que el presupuesto original que era de $ 1.500 millones registró un aumento de casi el 80% y alcanzó los $ 2.686 millones al firmarse el contrato definitivo de las obras.Además destacó que existen fuertes cuestionamientos ambientales porque no está resuelto que pasará con las 1.800 toneladas de cenizas contaminadas que arrojará la central cuando funcione a pleno. (Ver....)La construcción de la nueva usina, que fue diseñada para potenciar la producción carburífera de Río Turbio, había quedado en manos de la empresa española Isolux que salió a abrirle el juego a otras compañías de peso. Subcontrató a la alemana Siemens para la provisión de las turbinas; a la norteamericana Foster Wheeler para el suministro de las calderas y a una decena de empresas santacruceñas para la realización de las obras civiles.Tanto el Gobierno, como Isolux salieron a rechazar la denuncia destacando que la inversión en la central santacruceña no es comparable con el emprendimiento de la usina construida en Chile.El secretario de Minería, Jorge Mayoral¿que fue denunciado las semana pasada por tener presuntas negocios con la multinacional minera Barrick Gold¿señaló que " mientras en Chile gozan de un proceso de desarrollo que permite acceder a medios, logística y mano de obra más económica; la cuenca de Río Turbio está a miles de kilómetros de los centros urbanos lo cual implica una serie de condicionamientos que repercuten en mayores costos que no se pueden comparar". Por su parte, Isolux indicó que a la cotización de ayer, el costo por MW instalado de Río Turbio es de US$ 2,266 millones frente a un costo promedio internacional de US$ 2 millones por MW.Según Morán, esos valores económicos no se ajustan a la realidad. "Hoy el costo promedio por cada MW instalado de una central a carbón es de US$ 1,2 millones y precio final en dólares de Río Turbio de acuerdo con la cotización de fines de 2007 cuando se suscribió el contrato es de US$ 3,45 millones por MW".
Diario Clarín 23/09/2009
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